Tras la última devaluación, proveedores actualizaron listas y los supermercados comenzaron a aplicar aumentos de entre 5% y 9% en góndola. Con los salarios congelados, se acelera la presión para reabrir paritarias.
El sindicato denuncia un plan sistemático de ajuste que afecta a más de 1.500 empleados y anticipa nuevas acciones gremiales si no hay respuestas.
Ante sueldos que no alcanzan la línea de pobreza y una obra social en quiebra, miles de efectivos abandonan las fuerzas.