7 de mayo de 2025

En foco

En foco. Cierran el Instituto Perón el día del nacimiento de Evita: la misma odiología, con nuevos rostros

El Gobierno cerró el Instituto Perón el día del nacimiento de Evita y desmanteló espacios clave de la memoria justicialista.

por
T. Ludlow

El 7 de mayo, fecha que el pueblo recuerda como el nacimiento de Eva Perón -la abanderada de los humildes-, el Gobierno nacional decidió cerrar el Instituto Nacional Juan Domingo Perón, borrar de un plumazo décadas de trabajo por la memoria histórica, la investigación y la cultura justicialista.

Lo hizo sin disimulo, con orgullo cínico, con el mismo espíritu persecutorio que inspiró a Rojas, Aramburu y Alsogaray en 1955.

Como entonces, no se trató sólo de un ajuste: fue un acto de proscripción simbólica y cultural.
En 1956, el Decreto 4161 prohibía nombrar a Perón, a Evita, cantar la marcha, exhibir retratos, tener libros o pronunciar consignas. Hoy no hace falta un decreto: basta con eliminar espacios de memoria, cerrar instituciones, echar trabajadores y degradar todo lo que huela a pueblo organizado.

Se cierra también el "Café con Perón", se desmantela un archivo histórico, y se pone en disponibilidad a 25 trabajadores con el mismo desprecio con que antes se tiraban libros al río o se bombardeaba una plaza.



Pero no termina ahí.

Los ataques sistemáticos a la CGT y a los sindicatos, la campaña permanente de demonización de la organización colectiva, son parte del mismo proyecto: destruir todo lo que recuerde que hubo un país donde los trabajadores tuvieron voz, dignidad y fuerza política.

No se animaron todavía a firmar un decreto como el de 1956, pero cada acto, cada palabra, cada gesto de este gobierno habla por sí solo. Su estrategia es clara: vaciar, dividir, aislar y reescribir la historia para que el futuro no tenga memoria.

Quieren que el pueblo olvide.
Pero los pueblos que olvidan son los pueblos que se dejan vencer.

Y no lo vamos a permitir.

Porque donde ellos ven gasto, nosotros vemos historia.
Donde ellos ven burocracia, nosotros vemos memoria viva.
Donde ellos ven un Instituto innecesario, nosotros vemos una trinchera de la dignidad popular.

No lo hacen por eficiencia. Lo hacen por odio.
El mismo odio de los que bombardearon la Plaza, de los que prohibieron un nombre, de los que quisieron borrar un movimiento con decretos.

No es nuevo lo que hacen. Lo nuevo somos nosotros, los que no vamos a callar.

Porque hay algo que no entienden -o que temen profundamente-:
Cada vez que intentan borrar, cada vez que quieren eliminar o destruir, lo único que hacen es fortalecer lo que buscan silenciar.
Lo que nace del pueblo no muere por decreto.
Lo que habita en la memoria no se apaga con despidos.

Y ojalá llegue pronto ese liderazgo que unifique y no divida, que cree y no destruya, que debata sin insultar.
Un liderazgo que incluya también a los sectores moderados que hoy están huérfanos, que entienden que un país no puede ser ni sólo asistencialismo ni puro ajuste, que no hay futuro si no hay un proyecto de tercera posición real, moderno y humano, que nos devuelva la posibilidad de construir sin odiar.

Porque este pueblo ya vio demasiado como para seguir cayendo en las mismas trampas.

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