30 de abril de 2025

OPINIÓN

OPINIÓN. ¿Día "del trabajo"? No, no: hoy es el Día del Tra-ba-ja-dor

Aunque cada vez parecen más lo que celebran el "día del trabajo", el Primero de Mayo celebra el Día del Trabajador. El lenguaje no es neutro y nombrar construye sentido.

por
Juan Volia


¿Quién no recibió alguna vez un mensaje celebratorio del inexistente "día del trabajo" en ocasión del Primero de Mayo? Y parece que cada vez son más. Grupos de WhatsApp, publicaciones en redes sociales... siempre hay algún mensaje celebratorio de un día que, en rigor, no existe.

Porque lo que se celebra es el Día del Trabajador. Así, con un sujeto, el trabajador. No se trata de la celebración del trabajo en abstracto, sino del sujeto que trabaja. La celebración del sujeto que encarna el esfuerzo, y lucha por la conquista y defensa de sus derechos.

Aunque quizás no sea parte de una campaña conspirativa para borrar las huellas de las luchas colectivas, tampoco es un error inofensivo. Hablar del día del trabajo refleja otros valores bien diferentes. Se borra no sólo al sujeto trabajador, sino también, y más importante, al colectivo: la clase trabajadora. El lenguaje no es neutro, nombrar construye sentido.

Hablar de clase trabajadora (cada vez hablamos menos de "clase trabajadora") es poner de manifiesto que somos parte de un conjunto, que somos una pluralidad que tiene nombre y que estamos hermanados por el trabajo. Pero además, hablar de clase trabajadora pone sobre la mesa la diferencia sustancial con aquellos que no lo son; aquellos que no son trabajadores, son patrones. "Para el peronismo hay una sola clase de hombres: los que trabajan".

El Día del Trabajador se instituyó para conmemorar la cruel represión de los trabajadores en Chicago, Estados Unidos, un 1° de mayo 1886, la cual terminó con numerosos muertos. En aquel entonces, los trabajadores luchaban por la reducción de la jornada laboral bajo una consigna que era "ocho horas para el trabajo, ocho para el sueño y ocho para la casa". La jornada laboral era de entre 12 y 18 horas diarias.

Ahora bien, la idea del "día del trabajo" aparece en un ambiente y en un contexto histórico determinado. La sociedad posindustrial, los cambios en la estructura social, la creciente heterogeneidad social y los cambios en el propio mundo del trabajo, desde los ochenta a esta parte y acelerado en la última década. Más acá en el contexto, aparece en un momento en donde muchos creen perdida la batalla cultural. Es parte, sin dudas, de una corriente discursiva y de valores que empalma con el espíritu del emprendedurismo y idea de ser jefe de uno mismo, como si eso librase de la condición de ser un trabajador, aunque en verdad sí se lo sea; posiblemente no asalariado, pero trabajador al fin. Pero sobre todo, empalma con la idea del sacrificio escindido de cualquier lucha y disociado de cualquier idea de lo colectivo, en donde "la casta", incluso, llegan a ser otros trabajadores, en relación de dependencia, estatales o docentes universitarios, pero no así los propietarios de una aplicación que ni siquiera paga impuestos en el país, por ejemplo.

Esos valores y ese entramado discursivo, en el cual el "día del trabajo" hace su aporte, sin dudas son un buen terreno para el avance de las grandes corporaciones y el capital más concentrado, que solo mira su ombligo y nunca el interés general ni mucho menos el de los trabajadores. Capital concentrado para el cual poner de manifiesto la dimensión de trabajador resulta incómodo. Y para el cual la idea de clase trabajadora resulta directamente peligrosa. Reconocerse como trabajador y reconocer a los demás como trabajadores, en los parámetros del siglo XXI, quizás sea un primer paso para crear nuevos sentidos y nuevas pertenencias. Un primer paso para crear un sentido a la estructura social que se nos presenta más desordenada que nunca, y además sobre la que nos bombardean constantemente con discursos que ponene en el lugar de "privilegiados" a trabajadores con los cuales otros trabajadores deberían estar hermanados. La idea de clase trabajadora ordena los verdaderos "arriba" y "abajo" de la sociedad.

Por último, el Día del Trabajador también debería incentivarnos a pensar el mundo del trabajo que viene en los próximos años y en las próximas décadas. Dos grandes desafíos asoman en este siglo XXI: la cada vez mayor concentración del capital, y para colmo de un capital cada vez más depredador; y el desarrollo tecnológico, del cual la Inteligencia Artificial hoy en boga no es más que la punta del iceberg.

Esta fecha nos recuerda que nunca nadie nos regaló nada. Todo derecho conquistado fue producto de la lucha. De la lucha y de la organización de los trabajadores. Así fue, y así será en el futuro. De eso es de lo que hablamos cuando decimos que hoy no es el "día del trabajo". Hoy es el Día del Trabajador.


COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO

Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.

En vivo

EN VIVO: INTERPELAN A GUILLERMO FRANCOS EN EL CONGRESO POR EL CASO LIBRA

Subscribite para recibir todas nuestras novedades