26 de noviembre de 2025
La planta había sido inaugurada en octubre de 2023 con la intensión de abastecer al mercado interno y exportar la mayor parte de su producción. Sin embargo, el cambio de rumbro económico con Milei hizo inviable el proyecto.
En un movimiento que sacudió al corredor industrial de Pilar, Whirlpool confirmó el cierre definitivo de su fábrica de lavarropas en el Parque Industrial de Fátima y la desvinculación de 220 trabajadores. La empresa pasará a importar los lavarropas desde Brasil y China. La decisión, comunicada este miércoles al personal, marca el final de una apuesta productiva inaugurada hace apenas dos años y evidencia el deterioro que atraviesa la industria local frente al avance de las importaciones y la caída del consumo; consecuencias del modelo económico del tándem Milei-Caputo.
Según informó la compañía estadounidense, la medida responde a una pérdida de competitividad que hizo inviable el proyecto exportador que había motorizado la instalación de la planta. La empresa reconoció también el impacto de una creciente presión de productos importados, un fenómeno que se intensificó en los últimos meses y terminó por desplazar parte de la producción nacional del mercado.
Tras comunicar el cierre, la firma inició conversaciones con la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) para acordar las condiciones de salida. Las negociaciones incluyen el pago de las indemnizaciones legales más un monto adicional, que alcanzará a operarios, técnicos y personal administrativo.
Aunque la producción se detiene por completo, Whirlpool mantendrá sus áreas comerciales y logísticas en el país, donde permanecerían entre 100 y 120 empleados encargados de la distribución de electrodomésticos, accesorios y repuestos. Ese giro implica que los modelos de lavarropas que hasta ahora se fabricaban en Pilar comenzarán a importarse tanto desde Brasil como China.
El cierre resulta particularmente llamativo por el peso simbólico y económico de la planta, inaugurada en octubre de 2022 tras una inversión de 52 millones de dólares. El proyecto había sido presentado como un polo exportador capaz de producir 300.000 unidades anuales, de las cuales un 70% se destinaría a mercados externos. Sin embargo, ese objetivo nunca llegó a concretarse debido al cambio de rumbo en materia económica impulsado por el gobierno entrante en diciembre de 2023.
En un comunicado oficial, la empresa sostuvo que la decisión forma parte de "un proceso de revisión y mejora de la estructura productiva", orientado -según dijo- a una mayor eficiencia y a una asignación más estricta de recursos. Ese discurso corporativo se traduce, en los hechos, en una reconfiguración profunda de su presencia en Argentina: del modelo productivo a un esquema enfocado casi exclusivamente en la importación y venta.
Con presencia en el país desde hace 35 años, Whirlpool es una de las principales marcas globales de línea blanca. A nivel mundial factura alrededor de 19.000 millones de dólares anuales y emplea a más de 59.000 personas en 55 centros de producción e innovación. El contraste entre ese volumen y el cierre en Pilar vuelve a encender alarmas sobre la fragilidad del entramado industrial argentino ante la competencia extranjera y la pérdida de políticas que sostengan el empleo local.
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