La planta había sido inaugurada en octubre de 2023 con la intensión de abastecer al mercado interno y exportar la mayor parte de su producción. Sin embargo, el cambio de rumbro económico con Milei hizo inviable el proyecto.
La Justicia decretó la quiebra de la tradicional láctea bonaerense, que estaba en manos del grupo venezolano Maralac. La empresa llevaba tres meses paralizada y los empleados mantenían un acampe en reclamo de respuestas.