10 de noviembre de 2025

IA

IA. La inteligencia artificial ya despide empleados: la revolución que amenaza los trabajos de oficina

Gigantes tecnológicos reducen personal mientras invierten miles de millones en IA. En Argentina, Globant y otras firmas achican plantillas, y crece el uso "a escondidas" de herramientas generativas.

La inteligencia artificial generativa (GenAI) ya provocó uno de los mayores sacudones del mundo laboral moderno. A diferencia de la Revolución Industrial, que transformó la producción manual y el trabajo obrero, esta nueva revolución tecnológica pone en la mira otro terreno: los empleos de oficina. ¿Y pone en riesgo también las tareas intelectuales? Todo indica que sí. Y, a diferencia del siglo XIX, la máquina no está en una fábrica: ahora vive en la nube.

"Los modelos de IA generativa siguen avanzando rápido en todas las modalidades, pero las interfaces no logran acompañar ese ritmo: hacen falta más innovaciones en la interacción que nuevos modelos gigantes", explica David Coronel, miembro del Laboratorio Abierto de Inteligencia Artificial (LAIA). El desafío, sostiene, no es crear inteligencias más poderosas, sino encontrar mejores formas de usarlas.

Mientras tanto, las consecuencias ya son visibles. Solo en los primeros meses de 2025 se registraron más de 60.000 despidos en el sector tecnológico global, con recortes de entre 3% y 4% en Microsoft y Amazon, dos de las compañías que más invierten en inteligencia artificial. Paradójicamente, las mismas empresas que lideran la innovación ajustan plantillas humanas para financiar algoritmos.

El fenómeno también golpea a Argentina. "Según datos oficiales, la plantilla de personal promovido de Globant se redujo en 453 puestos entre enero y julio de 2025. Esta reducción viola la Ley de Economía del Conocimiento, que obliga a mantener o ampliar la dotación de personal", señala Esteban Sargiotto, director del Observatorio del Trabajo Informático (OTI). Agrega que al menos 128 compañías, entre ellas QServices y Snoop Consulting, se encuentran en una situación similar. Incluso Ualá recortó personal en medio de su proceso de automatización.

El cambio tecnológico también genera miedo y secretismo. "En lo laboral notamos dos caras: por un lado, muchísima adopción silenciosa; por otro, mucho temor", afirma Coronel. "Nos encontramos con programadores, ilustradores y profesionales que no se animan a usar herramientas de IA, mientras otros las adoptan a escondidas, de forma individual, temiendo quedar desplazados si las empresas descubren lo que hacen."

Pese a todo, el especialista aclara que el riesgo de reemplazo total aún es limitado. "Solo el 3% de los trabajos son completamente automatizables. En el laboratorio creemos que cualquier trabajador intelectual hoy vale más, no menos, que antes de los modelos generativos", remarca Coronel.

La revolución de la IA ya comenzó, y ningún escritorio parece a salvo. La automatización promete productividad y ahorro, pero también una transformación profunda del trabajo, la creatividad y el valor humano. En el nuevo paradigma, sobrevivir dependerá menos de competir con la máquina, y más de aprender a convivir con ella.

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