23 de diciembre de 2025
La crisis laboral cada vez se hace notar más y los datos del INDEC lo corroboran: de los nuevos empleos del último año, el 84% son en negro. Además, el empleo no registrado percibe hasta un 57% menos que el registrado.
Los trabajadores ocupados -asalariados y cuentapropistas- que se desempeñan en la informalidad perciben ingresos muy inferiores a los de quienes están registrados. En promedio, quienes trabajan "en negro" ganaron $535.802 mensuales, frente a los $1.247.462 de los empleados "en blanco", lo que implica una brecha del 57%. Los datos surgen del INDEC y corresponden al tercer trimestre del año
El informe oficial también señala que el 43,3% de los ocupados trabaja sin descuentos ni aportes jubilatorios, el nivel más alto desde que se inició la nueva serie estadística. En ese marco, la precarización del empleo se profundizó en el último año: del total de puestos creados, el 84% corresponde a empleo informal.
Proyectado a nivel nacional, el mercado laboral muestra una fuerte segmentación: alrededor de 13 millones de personas tienen empleo formal, mientras que unas 9 millones se desempeñan en condiciones informales, tanto en el sector público como en el privado.
Más allá del menor nivel de ingresos, el trabajo no registrado implica la ausencia total de derechos laborales: no hay cobertura de salud, seguro por accidentes de trabajo, jubilación, pensión ni ningún otro mecanismo de protección social, lo que configura un escenario de alta vulnerabilidad.
La precarización del empleo se profundizó en el último año: del total de puestos creados, el 84% corresponde a empleo informal.
La mayor concentración de trabajadores informales se encuentra en los tramos salariales más bajos. El 53% percibe menos de $422.837 mensuales. Se trata, en general, de empleos de menor calificación, con jornadas reducidas o inestables, tareas ocasionales, changas o actividades vinculadas a plataformas de reparto y transporte.
Entre los trabajadores registrados, el 54% ganó menos de $1.000.000 mensuales. Si se suman los informales, el 70% del total de los ocupados se ubicó por debajo de ese ingreso, lo que refleja el deterioro general de los salarios.
En el caso de los asalariados, el salario promedio de los formales fue de $1.181.649, mientras que el de los informales alcanzó los $571.607, una diferencia del 51,6%. Además, el 58% de los asalariados no registrados cobró menos de $502.634.
El informe también contempla que el 21,8% de los ingresos de los hogares proviene de fuentes no laborales. En los sectores de menores recursos, estos ingresos -que representan entre el 23,9% y el 39,6%- están vinculados principalmente a jubilaciones, pensiones y ayudas estatales como la AUH. En los hogares de mayores ingresos, en cambio, predominan las rentas financieras.
La informalidad y el desempleo impactan con mayor fuerza en jóvenes y mujeres. Por sectores, los niveles más altos de empleo no registrado -por encima del 50%- se observan en el agro, la construcción y el trabajo doméstico, lo que confirma el carácter estructural del fenómeno en la Argentina.
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