5 de diciembre de 2025

CRISIS PRODUCTIVA

CRISIS PRODUCTIVA. Efecto dominó en Pilar: tras el cierre de Whirlpool, proveedores bajan persianas y avanzan los despidos

La salida de la multinacional desató una crisis en su cadena de valor. La logística Translog cerró y despidió a casi todo su personal, mientras Novax advierte que 38 puestos están en riesgo.

El cierre de la planta de lavarropas Whirlpool en el Parque Industrial de Pilar empezó a dejar secuelas inmediatas en su cadena de valor. La empresa logística Translog anunció el fin de sus operaciones y despidió a 17 de los 20 empleados que tenía en el predio. En paralelo, Novax -proveedora de piezas plásticas para los electrodomésticos que fabricaba Whirlpool- reconoció que al menos 38 puestos de trabajo se encuentran en riesgo, según informó Pilar a Diario.

Translog había desembarcado en Pilar en octubre de 2022, en simultáneo con la apertura de la planta de Whirlpool en la localidad de Fátima. Su centro de distribución, de 15.000 metros cuadrados, se instaló específicamente para manejar los productos de la multinacional: lavarropas y otros electrodomésticos de línea blanca. La operatoria llegó a movilizar hasta 80.000 piezas diarias y funcionaba los siete días de la semana.

El circuito era claro: la producción salía de la fábrica de Fátima hacia el depósito de Translog en la calle Frondizi, y desde allí se distribuía a cadenas de electrodomésticos e hipermercados de todo el país. Pero el escenario comenzó a modificarse a mediados de este año, cuando la empresa comunicó que las operaciones con Whirlpool tenían fecha de finalización. A fines de agosto salieron los últimos lavarropas y la compañía quedó sin su principal cliente.

Para sostenerse, Translog firmó contratos transitorios con otras firmas, pero esos acuerdos se agotaron en las últimas semanas. El viernes pasado, la empresa notificó los despidos y prevé completar el pago de indemnizaciones en los próximos días. Los tres empleados restantes fueron reubicados en otra filial.

La situación refleja un impacto más amplio: la decisión de Whirlpool de cerrar su planta -inaugurada en octubre de 2022 con la promesa de producir lavarropas de última generación y exportar el 70%- ocurrió en un contexto de derrumbe del consumo y apertura irrestricta de importaciones. Lo que nació como un proyecto para generar empleo, valor agregado e ingreso de divisas terminó desarmándose en apenas tres años.

El cambio de modelo económico fue decisivo. Las empresas del sector señalan que la combinación de caída del mercado interno y competencia externa volvió imposible sostener la producción nacional frente a costos mucho más bajos de proveedores en China, Brasil y Estados Unidos. Para el entramado industrial de Pilar, la salida de Whirlpool ya no es un hecho aislado: es el comienzo de una cadena de cierres que amenaza con extenderse a todo el complejo productivo.

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