1 de julio de 2025
En 2020/2021, China propuso instalar 25 granjas porcinas en Argentina con inversión asegurada, producción nacional y trabajo genuino. Pero una ola de rechazos, internas políticas y una imagen viral desactivaron el acuerdo en 48 horas.
La propuesta era concreta: instalar al menos 25 granjas porcinas en territorio argentino, con inversión extranjera directa, transferencia de tecnología, generación de empleo, y un comprador asegurado para toda la producción: el propio Estado chino. El acuerdo permitiría duplicar la producción porcina nacional y posicionar al país como un jugador relevante en el comercio internacional de carne de cerdo, en un contexto global donde China representa el 50% del consumo mundial.
Pero la oportunidad se diluyó en tiempo récord.
El economista Gustavo Girado, especialista en relaciones comerciales con China, lo explicó con crudeza en una entrevista para el programa Vino X:
"Cuando nos ofrecieron hacerlo en nuestro país, tuvimos un debate y en 48 horas lo tiramos todo al demonio. Estuve años trabajando para dejar de vender productos primarios."
La frase resume el malestar de muchos sectores técnicos y productivos que veían en el acuerdo una salida al atraso estructural de una economía que exporta soja y maíz, pero importa valor agregado.
?? Otra oportunidad perdida@GustavoGirado sobre las granjas porcinas ?? en ??: "Cuando nos ofrecieron hacerlo en nuestro país, tuvimos un debate y en 48 horas lo tiramos todo al demonio. Estuve años trabajando para dejar de vender productos primarios" pic.twitter.com/9QK8kjsIDD
- VINO X (@vinoxarg) June 30, 2025
Más de 9.000 puestos de trabajo directos, según estimaciones privadas.
Producción federal, con impacto en provincias del norte y centro argentino.
Ingreso de capitales extranjeros, en un contexto de crisis.
Mayor ocupación en zonas rurales, donde el desempleo estructural se agrava.
Desarrollo de proveedores nacionales, desde alimento balanceado hasta servicios logísticos, sanitarios y técnicos.
Un salto de calidad en exportaciones, dejando de vender granos para exportar carne.
Además, con regulaciones ambientales adecuadas, el acuerdo hubiera podido ajustarse a estándares internacionales. Incluso se barajaba la posibilidad de control estatal compartido o auditorías externas. Pero nada de eso prosperó.
El 2020 fue también el año de los debates por Twitter, las campañas de Change.org y los posicionamientos virales. Y el acuerdo porcino con China no fue la excepción.
La imagen del entonces presidente Alberto Fernández junto a la modelo e influencer Liz Solari en Casa Rosada, posando con una caja de firmas que decía "NO al acuerdo porcino con China", se convirtió en una postal demoledora. En lugar de un respaldo institucional, la iniciativa recibió un freno político explícito.
La foto terminó de clausurar una posibilidad concreta de desarrollo productivo, según narran fuentes del sector.
La falta de una defensa firme del proyecto por parte del Gobierno, sumado a internas dentro del Frente de Todos y presiones ambientalistas, terminaron por bloquear un acuerdo que parecía hecho.
China es el principal productor y consumidor de carne porcina del mundo. En 2018, antes de la epidemia, tenía 500 millones de cabezas porcinas, pero su consumo anual superaba las 55 millones de toneladas, lo que representaba la mitad de la demanda mundial.
Cuando la peste porcina africana diezmó su producción, Beijing salió a buscar acuerdos estratégicos. Argentina tenía todo lo necesario: territorio, maíz para alimentar animales, mano de obra, y relaciones diplomáticas avanzadas. Incluso existía el marco legal: la Asociación Estratégica Integral entre ambos países, firmada en 2014.
Pero cuando llegó la hora de concretar, pesó más un trending topic que un plan de desarrollo.
El periodista Nahuel Nicolás, que investigó el tema en profundidad, fue contundente en sus redes sociales:
"Con regulaciones ambientales a la altura, había un tren importante ahí para subirse. Uno más que pasó. Uno más que pasó de largo."
En un país donde se habla de "atraer inversiones" y "generar empleo genuino", el caso de las granjas porcinas expone la distancia entre el discurso y la acción. En lugar de producir más, exportar mejor y distribuir trabajo, Argentina eligió el camino más conocido: el del miedo, la confusión y la parálisis.
Entre 2020 y 2021, Argentina tuvo una gran oportunidad para impulsar en nuestro país la industria porcina a través de inversiones chinas.
- Nahuel Nicolás (@nahuel_nicolasp) July 1, 2025
Las internas del Gobierno, la falta de liderazgo y una foto inoportuna dinamitaron un acuerdo que prometía cambiar la historia del sector ? https://t.co/v5TccqJiby
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.