23 de mayo de 2025

INSTITUTO PERÓN

INSTITUTO PERÓN . Que la historia de Perón la cuide quien nunca la traicionó

Por eso, decimos con claridad y sin vueltas: que los documentos, libros, archivos, objetos y toda la historia que resguarda el Instituto Perón queden en manos de la CGT.

por
T. Ludlow

Por más que quieran borrarlo con decretos, Juan Domingo Perón sigue vivo en el corazón del pueblo trabajador. No en los libros empolvados que pretenden archivar, ni en los discursos vacíos que hoy algunos repiten por conveniencia. Vive en cada derecho conquistado, en cada puesto de laburo que se defiende, en cada sindicato que sigue luchando por el que menos tiene.

El cierre del Instituto Nacional Juan Domingo Perón, con la carga simbólica que conlleva haberlo hecho justo el día del natalicio de Evita, no es solo una provocación. Es un intento más de desmemoria planificada, de querer barrer con todo lo que tenga olor a justicia social, organización obrera y patria.

Ante esta decisión, algunos sectores del peronismo salieron a pedir que el acervo histórico quede bajo custodia del Partido Justicialista. Y está bien que se preocupen. Pero no podemos ser ingenuos: el PJ está atravesado por internas que lo han convertido, muchas veces, en un sello más que en un proyecto colectivo. Y en ese juego de roscas, de cargos y ambiciones, la memoria de Perón corre el riesgo de ser usada, manipulada o, peor, olvidada.

Por eso, decimos con claridad y sin vueltas: que los documentos, libros, archivos, objetos y toda la historia que resguarda el Instituto Perón queden en manos de la CGT.

Porque si hay un actor que nunca soltó la bandera, que jamás se corrió de la defensa de Perón y de los trabajadores, es el movimiento obrero organizado. Porque cuando todo ardía, cuando muchos se escondían, fue la CGT la que mantuvo viva la llama, la que cuidó la liturgia, la que no negoció con el olvido.

No se trata de una pelea chica. Se trata de decidir quién va a custodiar el legado más importante de la Argentina del siglo XX. Y no se cuida lo que no se siente propio. Los laburantes sienten a Perón como propio. El PJ de hoy, lamentablemente, muchas veces no.

Lo decimos sin rencores, pero con convicciones. Que la CGT sea la casa de la memoria de Perón es garantizar que no se convierta en un objeto de disputa partidaria. Es asegurar que siga latiendo en cada marcha, en cada mural, en cada fábrica.

Y que cuando los nietos pregunten quién fue ese tal Perón, haya compañeros y compañeras que puedan contarles la historia con orgullo y sin intermediarios.

Porque Perón es el pueblo. Y el pueblo, en su forma más organizada, se llama CGT.

Ojalá que esto pueda pasar. Porque, en definitiva, nadie puede asegurar hoy cuál es el verdadero destino que este gobierno planea para ese acervo histórico. Quizás nada grave. Pero también -y esto lo sabemos bien- podrían tener otros planes, más oscuros, más ajenos a la memoria y al respeto. Lo cierto es que hasta ahora no lo han dicho, y el silencio, en estos tiempos, también es una señal.

Por eso no podemos esperar a que sea tarde. Podemos pensar lo mejor o lo peor, pero si realmente queremos defender a Perón, más vale prevenir que lamentar.

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