17 de septiembre de 2025
La vicedirectora de Tupungato fue esposada frente a toda la comunidad escolar por un delito que no cometió. La responsable había sido su nieta de 11 años, que grabó un desafío de internet.
La historia de una vicedirectora de 52 años en Mendoza expone cómo un malentendido tecnológico y judicial puede arruinar la vida de una persona inocente. El pasado 7 de agosto, la mujer fue detenida en su escuela acusada de pedofilia y distribución de material de abuso sexual infantil. Lo que parecía un caso grave terminó siendo la consecuencia de un reto viral realizado por su nieta de 11 años con un celular en desuso.
La detención fue pública y humillante. Un policía de civil la esposó dentro de la institución frente a docentes y alumnos. "Atravesé toda la galería bajo la mirada de mis compañeros y de los niños", relató la docente, que incluso debió ser hospitalizada por una crisis de presión arterial. Pasó varias horas en un calabozo hasta recuperar la libertad.
El caso se originó en un alerta de Google en Estados Unidos, que detectó un intento de subir a YouTube un video sospechoso desde un IP radicado en Tupungato. La investigación llevó a la vivienda de la vicedirectora y derivó en su detención, aunque más tarde se comprobó que no tenía relación alguna con el hecho.
La nieta de la mujer declaró en Cámara Gesell que había tomado un celular guardado en un cajón para grabarse en un desafío que había visto entre sus compañeras. Intentó subir el contenido a YouTube, pero la plataforma lo bloqueó automáticamente. Aun así, el intento quedó registrado y generó la denuncia.
La docente asegura que recién dos semanas después pudo ver la filmación y reconocer a su nieta. "Mi vida está en pausa. Saben que no hice nada y todavía sigo esperando el sobreseimiento", dijo desde su casa en Tupungato. Mientras tanto, sigue suspendida de sus funciones y sin cobrar su sueldo por entre 30 y 90 días, según la decisión de las autoridades educativas provinciales.
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