1 de diciembre de 2025

CRISIS PRODUCTIVA

CRISIS PRODUCTIVA. Jugar a romper la industria: se duplicaron los importados chinos y el sector del juguete está en su peor crisis

Con una avalancha de productos del exterior, consumo en caída y fábricas al borde del colapso, la Cámara del Juguete advierte que 2025 será el año con más importaciones en dos décadas y que la industria nacional atraviesa su momento "más crítico" en años.

La industria del juguete en Argentina llega a fin de año inmersa en un escenario que el propio sector considera uno de los más difíciles en décadas. La Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ) alertó al iniciarse el mes de la Navidad que el mercado está atravesado por un cóctel de factores adversos: importaciones récord, ventas en retroceso, contrabando creciente, cambios demográficos acelerados y un flujo cada vez mayor de productos que no cumplen con las certificaciones de seguridad.

Uno de los puntos más sensibles es la magnitud del ingreso de juguetes extranjeros. Entre enero y octubre, las importaciones alcanzaron USD 91,3 millones FOB y 17,5 millones de kilos, lo que representa subas interanuales del 59,5% en valores y del 94% en volumen. La supremacía asiática es casi total: China concentra el 85,7% del valor importado y el 94,4% del volumen. A ese número se suman juegos de mesa, productos para aire libre y artículos de fiesta, que llevan el total por encima de los 28 millones de kilos. Con estas cifras, 2025 se perfila como el año de mayor importación en veinte años, superando incluso el récord de 2018.

Desde la Cámara advierten que muchas fábricas están tomando crédito no para invertir, sino para cubrir salarios y aguinaldos.

El presidente de la CAIJ, Matías Furió, advirtió sobre la inédita concentración: "A pesar de la alineación con occidente, China pasó a explicar casi el 95% del volumen importado. La concentración es la más alta de los últimos 20 años". En paralelo, el negocio importador se expandió de manera acelerada: en un año la cantidad de operadores pasó de 199 a 530, es decir, casi 340 nuevos jugadores en un mercado donde las ventas se encuentran en franco declive.

Mientras tanto, el impacto ya es palpable en las ciudades. Jugueterías históricas -como Rossier en Escobar, Halago's en Quilmes o Lilián en Trelew- bajaron sus persianas, arrinconadas por tarifas de energía cada vez más altas, aumentos de alquileres, márgenes estrechos y una competencia desigual frente a productos importados a precios imposibles de igualar.

En la producción, el panorama no es mejor. Desde la Cámara advierten que muchas fábricas están tomando crédito no para invertir, sino para cubrir salarios y aguinaldos, con niveles de capacidad ociosa que ponen en riesgo la continuidad de la actividad. A esto se suma un factor agravante: el mercado está saturado de stock acumulado del año anterior, adquirido cuando el dólar oficial todavía estaba bajo. Esa sobreoferta empuja los precios hacia abajo, distorsiona valores de referencia y termina afectando tanto a productores como a importadores formales.

La CAIJ sostiene que la competencia con China es estructuralmente desigual: los costos laborales, ambientales y energéticos del gigante asiático son sustancialmente más bajos, y sus empresas cuentan con incentivos a la exportación que vuelven imposible para la industria local competir sin sacrificar calidad o sustentabilidad. En este marco, la Cámara advierte que la presión externa, sumada a la caída del consumo, pone al sector argentino del juguete en su "peor crisis en décadas".

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