GARRAHAN. Descuentos, amenazas y persecución: la respuesta del Gobierno a los que salvan vidas

El Gobierno nacional decidió descontar los días de paro a los residentes del Hospital Garrahan y advirtió que podrían ser despedidos o desaprobados si continúan protestando por sus derechos. La medida, lejos de resolver el conflicto, profundiza la persecución contra quienes sostienen uno de los hospitales pediátricos más importantes del país.

El mensaje fue claro: quien se organiza y reclama, paga las consecuencias. Los residentes denuncian que han perdido más del 50% de su poder adquisitivo desde diciembre y que sus salarios no alcanzan siquiera a cubrir la canasta básica. A esto, el Gobierno de Javier Milei respondió con una doble vara: por un lado, exige sacrificios a los trabajadores; por el otro, mantiene beneficios fiscales a los sectores concentrados de la economía.

Lejos de ofrecer una solución concreta, el Ministerio de Capital Humano dictó una conciliación obligatoria, pero sin presentar una propuesta salarial que dignifique la labor médica. Además, dejó entrever que cualquier mejora presupuestaria para los residentes debe salir del recorte interno del hospital, es decir, ajuste sobre ajuste.

La amenaza de despidos y sanciones a quienes salvan vidas resulta inaceptable en un contexto donde más de 200 profesionales han renunciado en los últimos meses, agotados por los bajos sueldos y la precariedad. ¿Quién se va a hacer cargo del vaciamiento de la salud pública si el Estado persigue en lugar de cuidar?