9 de julio de 2025
El gigante francés puso en revisión su operación en el país y busca comprador. Tres empresarios locales suenan como candidatos, pero todos coinciden en una condición: reducir la plantilla antes de tomar el control.
por
Redacción Identidad Sindical
El anuncio sacudió al mundo del consumo masivo argentino: Carrefour se va del país. La compañía francesa, que llegó a la Argentina en 1982 y se convirtió en uno de los jugadores más importantes del mercado local, inició un proceso de "revisión estratégica" para vender total o parcialmente su operación. La novedad, sin embargo, va más allá del hecho de que una marca emblemática abandone el país. Lo verdaderamente decisivo es quién se queda con su estructura... y a qué costo.
Con más de 680 sucursales, 17.000 trabajadores y una facturación anual estimada en 6.000 millones de dólares, Carrefour representa un engranaje clave del consumo en Argentina. A pesar de ello, para la casa matriz representa apenas el 1% de su negocio global. Por eso, en su plan de focalizar recursos en mercados más rentables como Brasil, Francia y España, Argentina aparece como prescindible.
El proceso fue encargado al Deutsche Bank, que está valuando los activos y diseñando la estrategia de desinversión. Pero ya hay tres nombres sobre la mesa que se perfilan como candidatos serios: Marcos Galperin, Francisco de Narváez y Alfredo Coto.
Marcos Galperin: el más polémico y disruptivo
El fundador de MercadoLibre no quiere supermercados tradicionales. Su interés radica en una lógica nueva: quedarse con los proveedores y la estructura de producción de Carrefour para ponerla al servicio de un modelo de distribución digital y deslocalizada. Galperin ya controla gran parte del ecosistema de pagos, envíos y tiendas virtuales. Con Carrefour, podría completar ese circuito con su propia red de mini supermercados en formato dark stores.
Pero detrás de esa estrategia, hay una transformación profunda del trabajo: la idea es reemplazar empleados en relación de dependencia por repartidores y repositores monotributistas, tercerizados a través de apps como PedidosYa, Mercado Envíos o Rappi. Lo que hoy es un supermercado con gremios, convenios y estabilidad, pasaría a ser un centro logístico automatizado y tercerizado, sin derechos laborales claros.
Francisco de Narváez: el operador experimentado
De Narváez es el actual dueño de Changomás, la cadena que compró a Walmart en Argentina. Tiene espalda financiera, conocimiento del rubro y una red en expansión. Su perfil empresarial y político lo convierte en un candidato serio para absorber la estructura de Carrefour.
Pero su historial también incluye conflictos gremiales importantes. Cuando adquirió Walmart, en 2020, el Sindicato de Camioneros exigió indemnizaciones al considerar que un cambio de dueño implicaba la finalización del vínculo laboral. Hubo bloqueos en centros de distribución y negociaciones tensas con Hugo Moyano, que terminaron con un pago en bonos y cuotas.
En este nuevo escenario, fuentes del sector anticipan que De Narváez buscaría evitar repetir el esquema, y preferiría que Carrefour se haga cargo de una parte de los despidos o indemnizaciones antes de la venta. Es decir, recibir una estructura ya "depurada" para reducir riesgos sindicales.
Alfredo Coto: el clásico que busca el monopolio
Coto siempre buscó liderar sin competencia. Comprar Carrefour lo colocaría directamente en una posición dominante, con fuerte concentración de mercado en las grandes ciudades. Pero su interés está atado a una condición: recibir solo lo que le conviene, sin la carga laboral completa.
Según trascendió, Coto exigiría que antes de la venta se despida o indemnice al menos a la mitad del personal de Carrefour. Además, en los últimos años su cadena avanzó en la incorporación de robots para tareas como reposición, inventario y logística. Una nota publicada en Identidad Sindical mostró cómo Coto incorporó el uso de tecnología como el robot Dinerbot T10 en sucursales de Mar del Plata, y ya proyecta automatizar buena parte de sus depósitos.
El objetivo es claro: una red más automatizada, con menos empleados y más control centralizado.
Silencio sindical... por ahora
Mientras el futuro de Carrefour se negocia entre bancos, empresarios y fondos, el sindicato de Empleados de Comercio, conducido por Armando Cavalieri, se mantiene en silencio. No hubo comunicados oficiales ni declaraciones públicas hasta el momento. Sin embargo, en los pasillos del gremio circula una lectura pragmática: "una indemnización que cierre al 70% es un negocio en los tiempos que corren", deslizó una fuente cercana a la conducción.
Aunque aún no hay posicionamiento formal, la pasividad del sindicato en medio de una potencial ola de despidos no pasa desapercibida. Todo indica que las negociaciones, más que en la calle, se están jugando en despachos cerrados.
Final abierto
La pregunta ya no es solo quién comprará Carrefour. La pregunta es con qué consecuencias laborales. Galperin, De Narváez y Coto tienen estilos diferentes, pero comparten una misma lógica: recibir una empresa "optimizada", con un 30% o más de reducción de su planta.
El futuro del consumo en Argentina parece estar en disputa, pero el de los trabajadores también.
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.