28 de noviembre de 2025
Luego de las elecciones el gobierno retomó su agenda de ajuste tarifaria: más de 7 millones de familias se quedaran sin subsidios y para el resto habrá aumentos escalonados a lo largo de 2026.
El Gobierno nacional esperó a que pasaran las elecciones para anunciar un ajuste profundo en el esquema de subsidios a los servicios públicos. A pedido del Fondo Monetario Internacional, decidió eliminar la actual segmentación de tres niveles y avanzar hacia un sistema con solo dos tipos de usuarios: hogares con subsidios y hogares sin subsidios.
Los usuarios que quedarán excluidos de la asistencia estatal serán aquellos cuyos ingresos familiares superen las tres canastas básicas totales -unos $3.641.397 mensuales por hogar-, además de quienes cuenten con tres o más vehículos de menos de cinco años, tres o más inmuebles, o posean embarcaciones o aeronaves de lujo. El resto de los hogares, unos 9,1 millones en el caso del servicio eléctrico, mantendrán algún nivel de subsidio.
El objetivo oficial es claro: que hacia diciembre de 2026 la mayoría de los usuarios paguen tarifa plena y reducir fuertemente el universo subsidiado, al tiempo que se fortalecen los ingresos fiscales. Esta línea de acción se suma a los fuertes aumentos aplicados en los primeros años de gestión de Javier Milei.
Los datos recientes del Reporte de Tarifas y Subsidios del IIEP-UBA muestran el impacto de la política tarifaria: entre diciembre de 2023 y fines de 2025, la energía eléctrica acumuló una suba del 263%, mientras que el gas natural escaló un 748% en el mismo período.
La reconfiguración del esquema se instrumentó mediante el llamado a una consulta pública de 15 días hábiles, formalizada a través de la resolución 484 publicada este viernes en el Boletín Oficial.
El Gobierno también cambiará los volúmenes de energía subsidiables. En lugar de los actuales topes de 250 kWh para N3 y 350 kWh para N2, se aplicará un esquema unificado:
300 kWh mensuales como tope de consumo subsidiado en verano e invierno.
150 kWh mensuales en otoño y primavera.
Los hogares que conserven el beneficio pagarán esos bloques de consumo al 50% de su costo real. Además, en enero de 2026 recibirán una bonificación adicional del 25%, que se irá reduciendo de manera gradual durante todo ese año hasta desaparecer hacia diciembre. Así, en enero la bonificación total será del 75%, mientras que hacia fin de 2026 rondará el 50%.
El costo promedio del sistema eléctrico se ubica hoy en 75 dólares por MWh, valor que pagarán por completo los usuarios sin subsidio.
El tercer cambio relevante será en el gas natural: el Gobierno aplanará los precios mayoristas en US$ 3,80 por millón de BTU durante todo el año. Actualmente, las tarifas trasladan un costo de US$ 2,90 en verano y US$ 4,50 en invierno.
El nuevo esquema implicará un aumento significativo para los próximos meses, aunque parcialmente compensado por tratarse del período de menor consumo residencial.
Con estos movimientos, el Gobierno profundiza su estrategia de reducción de subsidios y busca avanzar hacia un modelo tarifario de costos plenos, en una transición que impactará de lleno en el bolsillo de millones de usuarios en los meses por venir.
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