3 de junio de 2025
La falta de financiamiento ya tiene consecuencias visibles en salarios, investigación y prestigio internacional.
Las universidades públicas argentinas atraviesan una de las peores crisis de su historia reciente. Según el último ranking global del Center for World University Rankings (CWUR) 2025, seis de las siete instituciones argentinas evaluadas perdieron posiciones, incluida la UBA, que cayó del puesto 390 al 409.
El retroceso se atribuye, principalmente, a la caída en la producción científica debido a los recortes presupuestarios. Desde la asunción de Javier Milei, el sistema universitario perdió más del 33% de su presupuesto en términos reales, lo que ha generado salarios por debajo de la línea de pobreza, parálisis de proyectos y cancelación de acceso a publicaciones internacionales.
A esto se suma una advertencia contundente del presidente del CWUR, Nadim Mahassen: "Sin financiamiento adecuado ni planificación estratégica, Argentina se va a seguir rezagando en el plano académico global".
En este contexto, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) impulsó en el Congreso una Ley de Financiamiento Universitario que busca garantizar previsibilidad hasta 2031 y llevar el presupuesto al 1,5% del PBI. Pero el Gobierno ya anticipó que vetará la ley, como lo hizo en 2024, profundizando aún más el conflicto con la comunidad educativa.
Las universidades argentinas generan el 70% de la ciencia del país, pero están en emergencia: más de 200 científicos del CONICET ya emigraron, se han suspendido proyectos claves y la fuga de cerebros se acelera.
La Universidad Nacional de Córdoba fue la única que mejoró su posición, subiendo 155 lugares en el ranking, hasta alcanzar el puesto 819. Este crecimiento se relaciona con una combinación de factores puntuales: una relativa estabilidad en su producción científica, posibles avances en publicaciones o citaciones, y una caída más pronunciada de otras universidades de la región.
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