13 de diciembre de 2025
El nuevo sistema haría perder US$ 2.500 millones al sistema previsional.
La reforma laboral que impulsa el Gobierno nacional vuelve a encender alarmas en el sistema previsional. Especialistas advierten que el Fondo de Asistencia Laboral (FAL) tendrá un funcionamiento similar a los esquemas privados de los años '90 -como las AFJP y los fondos tipo OTAP- que terminaron fracasando y se llevaron recursos clave del sistema jubilatorio. Según estimaciones técnicas, la Anses dejaría de recaudar más de US$ 2.500 millones por año si avanza el proyecto.
El FAL propone reemplazar el régimen tradicional de indemnizaciones por despido por un fondo financiado con el 3% de los aportes patronales, que hoy ingresan al sistema previsional. Esa redirección de recursos implica, de hecho, una quita directa al financiamiento de las jubilaciones, con un impacto estimado en una caída del 16% de la recaudación previsional, de acuerdo a cálculos del Centro de Estudios del Trabajo y el Desarrollo (Cetyd-Unsam).
El punto más sensible es que los fondos del FAL no quedarían bajo control directo del Estado, sino que podrían ser administrados por entidades privadas habilitadas por la Comisión Nacional de Valores. Para los críticos, este diseño recuerda al modelo de capitalización individual de los '90, cuando el dinero de los aportes previsionales fue derivado al mercado financiero, con resultados conocidos: pérdida de cobertura, jubilaciones bajas y un fuerte costo fiscal que luego debió asumir el Estado.
El impacto no se limitaría a las jubilaciones. Sindicatos y especialistas advierten que también se verán afectadas las obras sociales y el sistema de salud, ya que una parte de los aportes que hoy las financian serían desviados al nuevo fondo. La estimación gremial habla de una pérdida cercana a los $96.000 millones, lo que agravaría la crisis de prestaciones en un contexto de fuerte ajuste.
Desde el Gobierno rechazan las críticas y aseguran que el FAL no pone en riesgo el sistema previsional y que la menor recaudación será compensada con crecimiento económico y ahorro en el gasto público. Sin embargo, economistas previsionales advierten que sin una reforma integral del sistema jubilatorio, la pérdida de recursos terminará afectando las prestaciones actuales y futuras
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