4 de junio de 2025

EFEMÉRIDES

EFEMÉRIDES. A 50 años del Rodrigazo, el giro económico que hundió a la Argentina industrial y del pleno empleo

En junio de 1975, un ajuste feroz impulsado por el alto empresariado rompió el modelo industrialista, disparó la inflación y empobreció a millones. Fue el prólogo del orden neoliberal que se consolidaría con la dictadura.

El 4 de junio de 1975 marcó un antes y un después en la historia económica argentina. Aquel día, el ministro Celestino Rodrigo anunció un brutal paquete de medidas que detonó la inflación, licuó los salarios y modificó el rumbo del país. La Argentina del pleno empleo y el ascenso social dio paso a una etapa de empobrecimiento y desindustrialización que se profundizaría en los años siguientes.

El plan, diseñado con aval del poder económico, contó con el respaldo de José López Rega, figura central del gobierno de Isabel Perón. Rodrigo, su elegido para Economía, anticipó por cadena nacional que se venían "medidas necesariamente severas". Lo que vino fue una devaluación del 100 % del peso frente al dólar oficial, un tarifazo generalizado y un tope a las paritarias. Lejos de tratarse de un simple ajuste, el Rodrigazo fue el punto de partida de un nuevo modelo: el fin del Estado de bienestar y el inicio de la Argentina subordinada al orden económico global.

La transferencia de ingresos fue inmediata. Los combustibles subieron un 175 %, la luz hasta un 75 %, el gas un 60 %, el boleto de colectivo un 50 % y los alimentos básicos -pan, leche, fideos, queso- se dispararon entre un 20 y un 50 %. El dólar para viajes al exterior tuvo un recargo del 50 %, y los servicios de transporte de larga distancia subieron hasta un 120 %. El Gobierno también liberó o ajustó las tasas de interés, beneficiando a quienes podían ahorrar o especular: las grandes empresas.

Hasta ese momento, la Argentina mostraba indicadores envidiables: una desocupación del 2,3 %, niveles educativos altos y una sociedad que aún creía en el progreso.

Solo dos semanas después, el Ejecutivo firmó un pacto con la industria automotriz: se suspendía por dos años el pago de insumos a las casas matrices. A cambio, se liberaban los precios del sector. Fue otra concesión al capital concentrado en plena crisis social. La inflación se descontroló, el desabastecimiento se volvió moneda corriente y el clima social se tensó al máximo. La protesta obrera no tardó en llegar.

Hasta ese momento, la Argentina mostraba indicadores envidiables: una desocupación del 2,3 %, niveles educativos altos y una sociedad que aún creía en el progreso. Pero con el Rodrigazo se quebró ese equilibrio. La dictadura militar, que irrumpiría menos de un año después, consolidó el camino abierto en 1975.

A casi cincuenta años, los efectos del Rodrigazo siguen presentes. Fue el ensayo general de un modelo de exclusión que dejó atrás a millones y marcó la retirada del Estado como garante del bienestar. El golpe económico no fue coyuntural: fue estructural. Y dejó cicatrices que aún no cerraron.

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